EL rossinyol

EL rossinyol

martes, 8 de junio de 2010

Hablando un poco del exilio catalán en México



(…)
El meu país és tan petit
que sempre cap dintre del cor
si és que la vida et porta lluny d’aquí
i ens fem contrabandistes,
mentre no descobreixin
detectors pels secrets del cor.
(Lluis Llach, Pais Petit)

















Cuando el General Lázaro Cárdenas abrió las puertas de México a la diáspora que provocó la cruenta guerra civil en España abrió las puertas también a México para el desarrollo de las ciencias y las artes. Cientos de intelectuales, artistas, literatos, filósofos, científicos, arquitectos, ingenieros, etc., se establecieron en suelo mexicano y la mayoría se integraron definitivamente. Su contribución al desarrollo mexicano fue inestimable en todos los aspectos. La creación de la Fundación Colegio de México y del Fondo de Cultura Económica, la enorme influencia en el mundo editorial y su contribución al desarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de México.
¿Cómo y por qué se distinguió la comunidad catalana del resto de los refugiados españoles que arribaron a México desde 1939? En principio porque el exilio catalán responde a la huida de un genocidio, que tal como se define es la suma de prácticas y políticas que conducen a la eliminación total o parcial de un grupo etno lingüístico, y eso es precisamente lo que se intentó en la España de Franco, con la prohibición de la utilización de lenguas diversas del castellano, con la consiguiente eliminación de los rasgos culturales asociados a la literatura, la música, la danza y el teatro. Ante la imposibilidad de conservar su lengua en el país donde nacieron los catalanes dedicaron enormes esfuerzos en México para preservarla, publicando textos originales producidos enteramente en México y reeditando a los autores clásicos del catalán, de ahí su enorme pertinencia en el mundo editorial. A diferencia de otras lenguas utilizadas en España, como el bable o el riojano, que son formas dialectales del castellano, lo cual no les resta de ninguna manera su trascendencia cultural; o el caso del vasco, cuya tradición literaria era pobre, por no decir inexistente, el catalán era la lengua de las artes en la península ibérica, grandes literatos, músicos y filósofos escribieron y publicaron textos originales en catalán; tratados de artes plásticas y arquitectura que recorrieron el mundo durante siglos y fueron traducidos del catalán a otras muchas lenguas. Cuando los refugiados catalanes se instalan en México preservan su estilo de vida, su cocina tradicional, su música, su historia y todo lo hacen en su propia lengua, acentuando las razones políticas que los arrastraron a exiliarse.
Por otra parte, cuando los catalanes arriban a su patria de acogida se funden y apoyan en las instituciones formadas por los que migraron a estas tierras antes de la guerra, como el Orfeó Catalá, fundado en 1906 por los migrantes que se reunían para recordar y cantar las canciones de su tierra natal, por supuesto, en su lengua madre, esta institución que tenía por objeto preservar la cultura del terruño se convirtió pronto en una expresión política de los republicanos, mayores en número y más decididos en intenciones que los apacibles comerciantes que hicieron la América un cuarto de siglo antes y que lidiaban con la integración de sus hijos a la lengua y las costumbres de la nueva tierra. Por supuesto que otras instituciones fueron fundadas por migrantes de toda España, pero las organizaciones de los catalanes se distinguieron por haberse desarrollado en torno a una lengua distinta de la de la patria de acogida.
Hoy día, con una visión europea de las autonomías españolas y el mundo girando en torno a esquemas de división geopolítica muy distintos a los que privaban en la primera mitad del siglo XX, tal vez a los descendientes de los exiliados catalanes les cueste mucho comprender la intensa furia de sus abuelos al hablar de Franco, de la guerra, o del frío y hambre que pasaron en una playa francesa de la que ya no recuerdan el nombre porque los llevaron sus padres siendo niños; pero para México sigue siendo inolvidable lo que dieron esos hombres y mujeres que atravesaron el mar para poder preservar el derecho a arrullar a sus hijos en su propia lengua.

No hay comentarios:

Publicar un comentario